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Las 4 frases que le dije a la empresaria italiana (y ella sonrió)

El otro día estaba en una reunión online con una empresaria del norte de Italia.

Un mujer con dos… bueno, dejémoslo.

La cuestión es que estábamos hablando de un problema importante que su empresa tiene, ligado a la comunicación digital y en particular la de su pagina web.

En un determinado momento me manifestó sus fuertes dudas respecto al uso del email-marketing, del Newsletter para con sus clientes y me hizo un ejemplo TREMENDO.

Si vives en este Planeta y en un país que tiene conexión a Internet, quizás te interesa (bastante).

Me dice que ella se suscribió a varios newsletters, pero que después de 2 o 3 mails ya no los lees más, porque no le interesan más o porque no tiene tiempo, que ojalá tuviera tiempo, pero no tiene, entonces esos mails terminas igual: nos las abre.

¿Sabes lo que le dije?

Le dije 4 frases.

Solo 4, y ella me miró y sonrió.

Ahora te las digo, pero antes deja que te cuente lo siguiente:

todo el mundo habla de marketing y de email marketing:
sobre todo los que no entiende un pomo de eso, o que no le funciona porque no lo saben usar.

Yo no digo que lo entiendo, ni que sé de eso (más allá de que son 4 años que mando newsletters), pero entiendo que Marketing no es hacerse selfi en Instagram para buscar clientes.

Eso es para los niños y niñas con carencias biográficas; que todos las tenemos, y no pasa nada, pero no todos nos hacemos selfi para buscar clientes.


¿Capisci?


Cuando era chico recuerdo que un día acompañé a mi padre a dar una larga vuelta para poner en el buzón del correo de varios talleres de chapa y pinturas de coches, una carta.

Esa carta era su carta de presentación, de sus servicios y trayectoria como chapista.

Se había quedado sin taller y buscaba un lugar donde poder seguir trabajando.

No sé si esa carta estaba escrita de una manera suficientemente persuasiva, mi padre no sabía de copy, y muy probablemente no conocía la posibilidad de contratar a uno.

Pero lo que hizo estuvo muy bien:

una carta e ir hasta el buzón del potencial cliente.

Hoy es lo mismo, pero el buzón es tu mail (y no solo).

Lo mismo, pero con la gran herramienta poderosas de la repetición, a costo muuuuy reducido.

Si no tienes el presupuesto de Coca Cola, que repite su logo y modelo cada 3 o 4 calles, a lo largo de todo el planeta, no te queda otra que tener el contacto de tu potencial cliente y escribirle, y luego escribirle de vuelta, y luego otra vez.

Nada da selfie.

Cuéntale tu proyecto, cuéntaselo de una manera que se vuelva también el suyo.

Cuando haya otra manera, si me entero antes que tu: te aviso (prometido).

Así que a la empresaria italiana le dije estas 4 frases, y ella me sonrió:


1.
Si il tema de la Newsletter interesa, se suscriben.

 

2.
Si el título está bien escrito, abren el mail.


3.
Si el mail és interesante, lo leen.


4.
Si el enlace es atractivo y risponde a un deseo, hacen clic.

 

y ella me sonrió.

 

Ahora bien (o mal, depende):

Si no sabes lo que vendes es imposible que el tema sea interesante.

Si no sabes de copy es imposible que los títulos, los mails y los enlaces sean bien escritos, interesantes y atractivos.


Ahora mal (o bien, depende)

Si no sabes de copy y eres improvisador, adelante, pero luego no te quejes, porque arreglar cuesta más que construir.


Ahora:

si te interesa, y quieres que alguien se ocupe del asunto:

ya sabes…