Si le preguntas a un cura: «¿Puedo fumar mientras rezo?
Es casi seguro que el cura te conteste que no, que no puedes fumar mientras rezas.
Ahora: Si le preguntas: ¿Puedo rezar mientras fumo?
Exacto.
Veo que hoy estamos vivos.
Las palabras son importantes.
Determinan una venta.
Cualquier venta.
Y no digas que tu sector es especial,
que no conozco a tus clientes o público,
y que tampoco conozco a tu madre y/o a tu suegra,
o que la Tierra se movió de un grado en los últimos 50 años.
TODOS vendemos con las palabras, TODO EL TIEMPO.
Las imágenes son importantes, claro, pero “solo” sirven para mostrar lo que vendemos.
Para convencer (= vender),
para persuadir (= vender),
para capturar la atención (= vender),
usamos las palabras.
Algunos las usan bien (= funcionan).
Otro no tanto (= no funcionan).
Es lo que hay, punto.
No, mejor dos puntos:
Encontrar las palabras justas, para ese contexto particular en el que estás trabajando, no es fácil, es difícil, por eso es un oficio.
No es que uno de chiquito aprende a decir “mamá”, entonces sabe de copywriting.
No funciona así.
No sé si lo sabías, porque yo tampoco lo sabía antes de saberlo, que el mismísimo Jean Cocteau trabajó como publicitario.
Si no sabes quién fue Cocteau no pasa nada.
Solo decirte que no era Coco Chanel ni Jacques Cousteau.
Jean Cocteau fue un gran autor francés, más surrealista que los surrealistas (bueno, cada uno tiene sus problemas, me refiero a lo de francés, jajajajajaa….).
Resulta que Cocteau, una vez, trabajó para una marca de calcetines.
Así como lo lees.
El autor de “La voz humana” también trabajó de copywriter para una marca de calcetines.
La vida humana misma.
El texto que Cocteau escribió para que esa marca de calcetines vendiera más calcetines, cosa que sucedió (naturalmente), tenía 10 palabras.
10 palabras que dieron en el centro.
Copywriting nivel alto voltaje.
Las 10 palabras que Cocteau usó para vender más calcetines fueron estas:
«Sin Kayser, las piernas solo serían un medio de transporte”
Te lo repito por si te sonó el wasap:
«Sin Kayser, las piernas solo serían un medio de transporte”.
Estas que escribió Cocteau, son más que palabras para vender, mucho más.
Eso es dibujar en la mente de tu cliente-publico-alumno-jefe-suegra… la imagen más conveniente para que tu cliente-publico-alumno-jefe-suegra… compren lo que tu le quieras vender:
Un servicio,
La entrada a tu espectáculo,
Una vacante para tu taller,
Un aumento de sueldo
o un almuerzo pacífico.
Para que funcionen, tienen que ser las palabras que desatan la imagen justa, en la mente del otro.
No en la tuya.
En la del otro.
¿Capisci?
¿Seguimos estando vivos?
Si has leído hasta aquí es porque dibujé en tu mente la imagen justa.
Esto significa que lo puedo hacer también con tu cliente-publico-alumno-jefe-suegra.
Si te interesa,
Ya sabes…