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Tres claves para ganarle a tu competencia (3, no 2)

Estaba por tomar un autobús para ir de Caltanissetta a Agrigento.

Salida anunciada: 9:35

Salió a las 10:10

Pocos segundos antes de cerrar la puerta, el conductor se me acerca y me dice:

– ¿Usted es el que va a Agrigento?

– Si señor

– Mire: le vendieron un billete que no es precisamente el de este autobús

– Ah…

– No pasa nada, si para usted está bien y no es molestia, puedo dejarlo en San Leone, un pueblo muy muy cerca, así no pasamos por Agrigento

– Déjenme que lo averiguo, porque me vienen a buscar

– Como usted diga

(el conductor vuelve a su posición y arranca el viaje. Al toque se da vuelta el señor sentado adelante de mí y me dice:)

– Usted compró un billete para Agrigento y lo tienen que llevar a Agrigento, no a San Leone, es su derecho, piacere, Salvatore, soy ceramista, y Usted?).


¿Moraleja?

Hay 3 claves con las cuales puedes ganarle a tu competencia.


Son tres y van del mismo manojo.

No puedes separarlas.

A ver: puedes separarlas, obvio, pero ya no podrás ganarle a tu competencia.

Para ganarle a tu competencia necesitas de esas tres claves en el mismo manojo.

El mismo y que hagan tin, tin, tin, entre ellas, todo el tiempo.

))) tin, tin, tin (((


¿A qué te refieres con «competencia»?

La tuya.
Todos tenemos una: entre hermanos, compañeritos de deportes, adversarios en las olimpiadas, el del otro lado del ring, ese que llaman siempre para hacer el mismo trabajo que haces tú, pero a ti no te llaman como a él/ella, el del otro lado de la votación, la que enseña lo mismo que enseñas tú, en fin… la vida misma.

No hay nada malo en la competencia. Lo malo es tenerle miedo.


¿Para qué ganarle a la competencia?

¿Cómo para qué ganarle…?
Justamente, para no perder siempre y no mirar lo bien que le va a los demás.

(No, digo… ¿Qué preguntas me haces?)


Vamos a ver las tres claves, pero antes aclaro:

Que eso suceda en un autobús, en el medio del corazón de Sicilia, es más que entendible, porque son zonas que recién salen del Renacimiento y entran, tímidamente, en el Barroco. 

En el mundo de los negocios online (y offline) no puede ser así:

Si acordamos una hora, un precio, un plan y unos pasos a seguir, hay que respetarlos.

Se puede cambiar la “estrategia”, el texto de la web, los objetivos de los mails, todo lo que quieras… pero lo acordado hay que cumplirlo, como dice Salvatore el ceramista.

Ahora sí,

las tres claves son estas:

  1. Cumplir con la palabra dada
  2. Ser honesto tanto con las palabras como con los actos
  3. Persistencia.

Y puedes estar seguro, que nadie te parará.

Nadie.

Mira, yo no soy Terapeuta, no soy Coach, ni Scotch y ni Baywatch…

Pero te puedo asegurar que si estas tres claves la llevas en el mismo manojo, y hacen tin, tin, tin, entre ellas, te permitirán ganarle a tu competencia.

¿Y quién soy yo para que me creas?

Nadie.


Que me creas o no me creas, esto es cosa tuya.

Lo único que te digo es:

Prueba.

Pero tienes que llevarlas del mismo manojos.

))) tin, tin , tin (((

Cumplir con la palabra dada te da mucha autoridad, pero no es suficiente.

Cumplir con la palabra y ser honesto tanto con las palabras como con los actos, también te da mucha autoridad y buena chapa, pero no es suficiente.

No alcanza.

Hay que ser persistentes.

Hay que cumplir con la palabra, ser honesto tanto con las palabras como con los actos y ser persistentes.


Van del mismo manojo.

))) tin, tin , tin (((

Y tarde o temprano: ciao a tu competencia.

))) tin, tin , tin (((

Si mientras pruebas a cumplir con tu palabra, ser honesto tanto con las palabras como con los actos y ser persistente, quieres mejorar tu comunicación y estrategia online,

ya sabes…