Ciao ragazzi,
el otro día, quiero decir haces un par de meses, entro en una de esas tiendas que lo venden casi todo; todo lo que se te ocurre de cacharros electrónicos, auriculares, humidificadores, fundas para móviles, secadores de pelo, aros de luz, led y cosas así.
Mientras espero mi turno, escucho a una señora que pregunta por una plancha para el pelo.
El chico le dice, atenti:
“¿Cómo la quiere: pequeña, grande, mediana, de más potencia, de menos potencia, para viajar, para casa, con o sin funda?”
(Yo ya me había mareado, pero pude apuntar en mi hard disk interno, la frase entera. Entonces esperé la respuesta de la señora).
La señora lo mira y después de unos 7 segundos de silencio, contesta: “Normal. Una plancha normal”.
Jajajajajaj… jajajajajaa….
“Normal. Una plancha normal”.
Fue algo muy potente.
Tremendo.
Y todos tenían un poco de razón.
El chico buscaba el producto perfecto para la señora; quería ofrecerlo lo mejor.
La señora buscaba lo más simple, sin complicaciones.
¿Y entonces?
Copywriting nivel «pánico».
Ya sabes: