Si te interesa seguir mejorando los puentes entre vida, negociaciones, conflictos y ventas, que en definitiva son exactamente lo mismo, quizás este mail podrías leerlo hasta el final.
Un suscrito me escribe, copio y pego:
«He leído tu secuencia de 10 mails y me asombra tu capacidad para plasmar cada experiencia de tu vida, y luego ser capaz de transmitirla en tu experiencia laboral de forma tan clara y precisa”.
Es un comentario muy extraño.
Nadie me había dicho que eso que hacía era storytelling, y menos aún que era copywriting.
Lo he descubierto hace poco, y me impactó.
La persona que me escribió este comentario se llama Giuseppe P., es un empresario italiano con 30 años de experiencia en el sector de la comida Take Away.
¿Yo sé de comida Take Away?
No
¿Soy empresario desde 30 años?
No
¿Entonces qué cascabeles tenemos en común?
Los clientes.
Su sector es el del Take Away, pero sus clientes son personas.
Mis clientes, también, son personas.
Las personas, tenemos una cosa en común, entre todas las personas: somos personas.
Los mecanismos de persuasión son idénticos, entre TODAS las personas.
¿Haces música?
¿Haces comida?
¿Haces teatro?
¿Haces collares artesanales?
¿Haces pedagogia?
¿Haces máscaras?
¿Haces reparaciones de aire acondicionado?
¿Haces páginas webs?
¿Haces repuestos para naves espaciales?
¿Haces pizzas con ananás?
Todos tus clientes, son personas (salvo los del que hace pizza con ananás, que sí son personas, pero con problemáticas psicológicas importantes, jajajajajaa…..jajajajajaa….)
El copywriting se ocupa de esto: de las personas.
Pero ojo, hay dos tipos de copywriting:
• el copywriting nivel sopita de fideo
• el copywriting nivel lasañas
Es una metáfora, para entendernos.
El copywriting nivel lasañas es aquel que NO pasa desapercibido frente a los ojos y oídos de las… personas.
Si te interesa, ya sabes: