Imagina que no tienes que hacer incómodos videos para las redes/telarañas sociales
Imagina que no tienes que arreglarte y esforzarte de parecer contenta, satisfecha y exitosa
Imagina que no tienes que mostrar el escote para que escuchen tu propuesta
Imagina que no tienes que competir en una jungla pululada de fieras y tarzanes feroces
Imagina que no importa si eres tigre, koala, mariposa o elefante
Imagina que no tienes que tener luces, cámaras y muchas horas de edición
Imagina de no tener que ser un títere de una plataforma en donde tú misma eres el producto
Imagina que no tienes que adaptarte a los continuos cambios de reglas y algoritmo
Imagina que con un poco de amor propio y coraje, podrías cambiar tu manera de comunicar lo que haces, aquello por el cual te has formado, has luchado, aquello que has defendido en la mesa familiar, en las charlas con amigos e incluso en tu soledad (a veces queriendo tirar la toalla)
Imagina que aún no has tirado la toalla
Imaginalo.
Imagina que eso que tú haces, tiene un mercado.
Imagina que solo haría falta contar la verdad, tu verdad, la verdad de lo que haces, de lo que sabes hacer y que te gusta hacer.
Imagina que solo hace falta contarlo de manera interesante y emocionante.
Ya sabes: