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Así razona casi cualquier italiano

Este es el típico razonamiento interno de casi cualquier ser humano italiano:

 

Domingo
es para saborear el tiempo: unas buenas lasañas, o una fuente de pasta al horno, o unos fideos cortos con ragú.

Para la cena, del mismo domingo, es muy importante volver a comer el mismo plato del almuerzo, pero recalentado, con esas ollas que se pegan un poco en el fondo.

La pasta recalentada es lo mejor que hay.


Lunes
spaghetti sencillos, quizás con pesto, justo para cambiar de color.


Martes
unos raviolis con manteca y salvia. Medio exquisito, típico del norte de Italia. Una vez a la semana no pasa nada.

Miércoles
es un día raro, porque no sabes si mirar para atrás o para adelante. Muchos italianos nos quejamos y decimos frases como esta: «Mannaggia la miseria, no se puede comer siempre pasta, siempre pasta, siempre pasta. También hay que comer pizza».

Jueves
es un tropiezo hacia el fin de semana. Pasta, corta, larga, no importa, pero con ganas de variar: pasta con arvejas, pasta con lentejas, pasta con frijoles, pasta con papas y menta, pasta y calabacín.

 

Juercoles
Pasta.

 

Viernes
es el día de la premeditación: todos tenemos una sola preocupación: ¿Qué salsa comeremos el domingo? Para responder a tamaña pregunta no hay nada mejor que un plato de spaghetti con un hilo de aceite y queso rallado (abundante).

Sábado
ya empieza verse la artillería pesada en cocina, así que nada más obvio que decir: «Ué!!! Hace tres días que no comemos pizza».

Domingo
es para saborear el tiempo: unas buenas lasañas, o una fuente de pasta al horno, o unos fideos cortos con ragú.

Para la cena, es muy importante volver a comer el mismo plato del almuerzo, recalentado. Es lo mejor que hay.

 

Y así pasan los días, los años y las generaciones.

¿Y ahora cómo te enlazo todo esto con el copywriting y lo storytelling?


Ya sabes: