Esta frase me la escribió una chica que vende un curso para aprender a vender en las redes sociales, o algo así. 

Yo no uso redes sociales, y no por emular a nadie, sino porque me parecen patéticas, un desacierto a largo plazo, y la vida es breve y loca, sobre todo breve.

Y algo más: no me interesa cuando el mensaje es «mírame»; me interesa mucho más cuando es «mira», y en las redes casi todos te dicen «mírame».

Más allá de esto que puede no tener mucha importancia para ti (aunque cobija una estrategia brutal), esta chica me gusta mucho cómo escribe, y en un ping-pong de mails que tuvimos, me soltó esta frase:

“Los mandamientos de Isra Bravo son esclavizantes”.

Le dije que ese puede ser un titular devastador, de verdad, gran copy con el cual podría esclavizar a mucha gente, jajajajajaja.

El problema es que si los llevas a que compren un curso para vender a través de las redes sociales… bueno…. entonces hay que ver a qué le decimos “esclavizante”.

No solo no son esclavizantes los “mandamientos” del maldito pelado mejor copywriter del mundo, sino todo lo contrario.

El hecho de que estás leyendo esto, ahora, es una prueba irrefutable.

“Mandamientos”: estamos hablando del mail diario, de un tipo de storytelling, una cierta manera de morder los textos publicitarios, de negociar, web centrada en pedir contacto, todas cosas que critican todas aquellas personas que no saben aplicarlas.

Por esto, la frase “Los mandamientos de Isra bravo son esclavizantes”, es una «tontería”.

Puedes no estar de acuerdo, y no pasa nada. Cada cual tiene derecho a elegir el camino equivocado.

Si eres esclavo de una regla, es un problema tuyo, no de la regla.

Cualquier técnica, si la dominas, hasta puedes romperla. Pero tienes que dominarla.

¿Y cuánto tiempo y fatiga se necesitan para dominar una técnica?

Exacto.

Isra es un anillo de una cadena de grandes copywriters que empezó en el siglo XIX. No son muchos, pero son muy buenos, muy.

Ahora decides tú a quién prestar atención. A los que predican y dan consejos cuando ya no pueden dar el mal ejemplo; o a los que predican y practican con resultados extraordinarios.

Es una decisión, como todo en esta vida breve y loca, sobre todo breve.