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¿Te pasa de leer algo y tener ganas de comprarlo?

Pues, yo escribo esos textos. Mirko Mescia copywriter

¿Te imaginas lo importante que puede llegar a ser esto, para una empresa?

Puedes pensar que mi oficio es fatuo y diabólico porque instigo el consumo, más precisamente: estimulo las intenciones lucrativas de las personas.

Yo prefiero decir que te ayudo a no perder ventas y clientes por culpa de una comunicación poco eficaz.

Tres casos rápidos.

No doy nombres por una cuestión de discreción.

En una escuela secundaria privada de Andalucía, solo un 20% de las familias que visitaban el centro matriculaban a sus hijos ese mismo día. El resto se lo tenían que pensar, pero terminaban eligiendo a otro instituto.

Les diseñé una nueva estrategia de comunicación. Pasaron del 20% al 100% de conversión. (Has leído bien). Y luego bajó: 90 %.

 El problema de la conversión, afecta a muchas más empresas y sectores de los que imaginas. 

No es suficiente que el cliente pida info, entre o se lleve tu dosier.

 Hay que tener una ruta de venta diseñada con estrategia, para que funcione.

Para la mejor empresa de servicios audiovisuales de Madrid (con clientes del calibre de Hotel Meliá Avenida América, Museo del Prado, Hotel Marriott, Museo Thyssen-Bornemisza, Hotel Riu) he transformado su web (que era exactamente igual a todas las de su sector, una más entre el montón) en un despertador de interés y en una vidriera a la altura de su historia y prestigio.

Una web real, que habla a personas reales, con problemas e ilusiones reales.

Tener una gran empresa que factura millones, no significa no cometer estos errores de comunicación. Es más, muchas veces es por eso que no se ven desde dentro.

 Yo vengo desde fuera, y los veo.   

Un cliente me cuenta que participará de un concurso organizado por un prestigioso museo, y corre con desventaja (attenti): las últimas siete ediciones del concurso las ganó la misma familia, vecina del museo.

Necesitaba de mis servicios para presentar su pieza ante el jurado, de una manera irresistiblemente persuasiva. Preparé una carta de presentación de 600 palabras.

¿Sabes cómo terminó?

Mi cliente ganó:

 el primer premio del concurso,
 un buen dinero,
 un gran reconocimiento entre todos sus colegas
 y su pieza expuesta en el museo.

 Conozco a muchos profesionales 
que son increíblemente buenos en lo que hacen, pero que no lo saben comunicar vender bien.

 Ese es mi trabajo.

No hago magia.
La magia la has hecho tu.
Yo te ayudo a comunicarla.

Forza Tutti

copywriter.